Cuando sufrimos de alopecia y nos planteamos la posibilidad de someternos a un proceso de injerto capilar son numerosas las dudas que se nos plantean. Quizás una de las principales sea la de saber si tras el trasplante capilar este pelo implantado se nos va a caer o no. En definitiva, no deja de ser una duda razonable, ya que la alopecia tiene un origen hormonal y genético.

El proceso natural de la caída del cabello

El folículo piloso está directamente sometido al proceso hormonal. Depende de la acción de nuestras hormonas y, en concreto, de los efectos de la enzima «5 alfa reductasa». Esta funciona, a su vez, en virtud de una predisposición genética y actúa regulando el paso de la testosterona y haciendo que los niveles de la misma en el organismo varíen de unas personas a otras.

Si el nivel de la testosterona es superior al adecuado, esta se transforma en dihidrotestosterosna (DHT) que es la que desencadena un proceso de aceleración del ciclo vital del folículo derivando en un envejecimiento prematuro del mismo, su debilitación y finalmente su atrofia y la caída del cabello.

Esta hormona, sin embargo, se libera homogéneamente hasta una edad que suele situarse en una franja entre los 30 o 40 años. Llegados a la misma su nivel disminuye y por eso lo más frecuente es que el proceso de alopecia se detenga al alcanzar el hombre estas edades.

El microinjerto capilar con pelo resistente a la DHT

En la mayoría de los casos la alopecia androgénica no repercute en todo el cabello. Es frecuente observar en los hombres afectados por la calvicie que conservan un pelo abundante, fuerte y denso tanto en la parte posterior de la cabeza como en los laterales.

Esto es debido a que no todo el cabello es igual y el pelo de estas zonas está programado genéticamente para resistir los mayores niveles de DHT en el organismo y no perder ninguna de sus características. Ni siquiera la coloración.

Este es el pelo que seleccionamos como donante para realizar el microinjerto capilar. Cuando el paciente se somete al tratamiento del trasplante se suelen dar dos circunstancias, por tanto, que imposibilitan la caída del pelo trasplantado:

– En primer lugar, generalmente se ha llegado a la edad en que los niveles de producción de testosterona han disminuido y, por tanto, no se transforma en la hormona derivada DHT. El proceso de aceleración del ciclo de vida del folículo se detiene. Al desaparecer la causa la actividad de la alopecia se extingue.

– En segundo lugar, aun existiendo todavía una acción residual de la hormona DHT, el pelo utilizado para el trasplante capilar provendrá de una zona diseñada genéticamente para resistir a  su acción.

Por tanto, podemos concluir, y así está probado empírica y científicamente, que el pelo trasplantado no se cae. Solo puede sufrir, con el paso de los años, un proceso normal y natural de envejecimiento como se produciría en el cabello de cualquier persona y, por tanto, el trasplante capilar es considerado definitivo y permanente.

El fenómeno del shock loss o shedding

Sí se observa, en el 95 % de los trasplantados, que inmediatamente después del injerto de pelo parte de este se empieza a caer del mismo modo que lo hace el pelo natural. A esto se le conoce como efecto shedding.

Este proceso, conocido también como efluvio telógeno, apenas dura unas semanas y es provocado principalmente por el estrés quirúrgico. El efecto traumático que toda operación en la que tenemos puestas unas expectativas produce. Pero también es síntoma de que la raíz del cabello ha arraigado y se fortalece adecuadamente.

Lo que se está empezando a producir es un ciclo natural del cabello que consta de una fase anógena, de crecimiento, una segunda fase catágena o de reposo y una fase final o telógena de caída. Es el mejor indicio de que el resultado ha sido el esperado y de que nuestro pelo lucirá natural durante toda nuestra vida.

Si deseas saber cómo va a evolucionar tu cabello tras el injerto capilar no dudes en contactar con nosotros, tenemos clínicas de injerto capilar en Barcelona, Madrid y Sevilla.