El estrés, la depresión, el insomnio y la ansiedad afectan de forma significativa a la salud de la piel y el cabello. No es de extrañar que, ante la situación de crisis financiera que estamos viviendo se hayan agravado un trastorno capilar tan frecuente como es la caída del cabello.
El estrés puede ocasionar alopecia temporal, que desaparece cuando se extingue la situación que ocasiona la ansiedad. También se puede producir una descamación del cuero cabelludo, que se puede combatir con un tratamiento capilar apropiado. La caída se agrava en el caso de las personas que tienen tendencia a la pérdida de cabello. Los institutos clínicos capilares han notado un incremento en las consultas relativas a problemas de alopecia.

Algunos médicos dermatólogos no relacionan el estrés con la caída del cabello, pero existen estudios que sí han encontrado el enlace. Está demostrado que una alta concentración de hormonas como la Testosterona y el Hidrocortisol afecta a la raíz del pelo, y su presencia se incrementa en situaciones de estrés.
Independientemente de las causas que propicien la alopecia, los expertos aseguran que la tendencia es reversible. Solamente es necesario conseguir un diagnóstico correcto y seguir de forma constante un tratamiento apropiado para cada tipo de trastorno capilar. Los resultados son visibles desde la primera sesión. Además, un cuidado temprano previene la calvicie y evita soluciones más complejas, como el trasplante capilar.
Fuente: Agencias y Medios Especializados