Los hombres y mujeres que sufren pérdida de cabello, ya no tienen que resignarse a ver cómo poco a poco su pelo va perdiendo densidad y las calvas comienzan a ser visibles. Existen diferentes técnicas de injerto capilar, con las que se pueden conseguir muy buenos resultados, como el injerto FUE manual o el practicado con el robot ARTAS.
La base de este tipo de intervenciones es similar en todas ellas. Se extrae pelo con folículo del propio paciente y se injerta o planta el mismo en las áreas que están despobladas. Lo que varía es el método con el que se lleva a cabo la extracción.
Se ha hecho muy popular en los últimos años por ser muy rápido. Es un robot manejado por un especialista el que se encarga de hacer la extracción del cabello. En realidad, la única parte automatizada del procedimiento es la parte de la realización de los orificios para la extracción, el resto se hace a mano.
La precisión del robot ARTAS en el injerto FUE es mejor que la de una persona, gracias a su tecnología. Así, se consigue minimizar el daño a los folículos. Además, es más rápido y consigue reducir el tiempo de extracción. Gracias a este menor tiempo, se logra aumentar el porcentaje de implantes válidos.
Por otro lado, es un procedimiento que no deja cicatrices, ya que no es necesaria ninguna sutura, ni cortes. El tiempo de recuperación utilizando este sistema es corto, pudiendo hacer vida normal a los pocos días de la intervención.
Es cierto que en un primer momento, se pueda pensar que es una técnica más rápida, pero suele ser usada por especialistas que no saben llevar a cabo un injerto FUE de forma tradicional o manual. Un buen especialista con experiencia puede llegar a ser tan rápido extrayendo como el Robot. Además, esto implica que, si a mitad del proceso se estropea la máquina, el paciente se tiene que volver a casa con el tratamiento a medias.
Aunque pueda parecer que por ser un método automático es más cómodo para el paciente, en realidad no es así. Para poder hacerlo hay que poner un sensor en la cabeza de la persona que está siendo intervenida, por lo que no puede moverse durante toda la intervención. Si necesita cambiar de postura, ir al baño, etc. habrá que desacoplar el sensor y volver a ponerlo después.
La tecnología del robot ARTAS no está todavía todo lo desarrollada que cabría pensar. De hecho, no permite extraer cabello donante de cualquier parte de la cabeza, lo que limita el número de pelos que se pueden utilizar. A ello hay que sumar que solo se puede utilizar en pacientes que tengan el cabello oscuro y liso.
Debido al bisturí que utiliza la máquina, los folículos deben implantarse a una distancia mayor unos de otros, consiguiendo que el resultado final no sea todo lo natural que se esperaba.
La tecnología resulta de gran utilidad en todos los ámbitos, y muy especialmente en el sector de la medicina. Pero a día de hoy todavía no es posible conseguir los mismos resultados en un injerto capilar automatizado que en uno realizado de la forma tradicional.
Es cierto que la intervención tradicional puede ser bastante larga si el paciente tiene mucha área que tratar, pero a cambio se le ofrece la seguridad de que contará con la dedicación exclusiva del profesional que le atiende.
Al tratarse de una técnica manual, se puede hacer sobre todo tipo de cabellos y se puede coger pelo donante de cualquier parte de la cabeza, e incluso de otras zonas del cuerpo si fuera necesario.
Se trata de un trabajo minucioso que se lleva a cabo con ayuda de un microbisturí. El que usa el cirujano es más pequeño que el que usa el robot ARTAS, por lo que los folículos se pueden implantar más cerca unos de otros. Esto consigue que la zona quede mejor cubierta y que el resultado sea más natural.
Esta minuciosidad permite, no sólo poner los folículos unos más cerca de otros, sino controlar en todo momento la profundidad, la densidad, la distribución y el ángulo de crecimiento que tendrá después cada uno de los cabellos injertados.
Los punches utilizados en el método manual son de 0,7 mm y 0,8 mm, todavía más pequeños que los que usa el robot. Esto permite que las marcas sean menos visibles y que haya menos riesgo de dañar el folículo al trabajar con él.
En un procedimiento tan largo, es normal que el paciente se canse de estar en la misma postura. Al no tener ningún elemento extraño sobre la cabeza se puede mover con total libertad , haciendo que la intervención le resulte más cómoda.
La técnica tradicional es más compleja de llevar a cabo y más lenta, pero no por eso resulta más cara. La inversión que hacen los centros en el robot ARTAS es tan alta que inevitablemente suele conllevar un aumento en el precio del tratamiento. El injerto manual es sinónimo de experiencia.
Realizar un injerto de pelo de forma manual o tradicional no es nada sencillo. Los profesionales que son capaces de llevar a cabo esta técnica han pasado por un importante proceso de formación y suelen tener una dilatada experiencia.
A la hora de hacerse un injerto FUE es imprescindible ponerse en manos de profesionales con experiencia acreditada, habilidad, paciencia, coordinación y unas buenas habilidades motoras manuales para conseguir un resultado natural y satisfactorio.
Somos especialistas en injerto capilar, tenemos clínicas en Sevilla, clínicas en Barcelona y clínicas en Madrid.
MADRID Goya 7 - Nº Reg. Sanitario: CS15283
BARCELONA Pº Gracia 44 - Nº Reg. Sanitario: E08746991
SEVILLA Av. Constitución 40 - Nº Reg. Sanitario: NICA 32272
Contenido revisado por el equipo médico de Corporación Capilar - Última modificación 27/12/2022
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Contenido revisado por el equipo médico de Corporación Capilar - Última modificación 01/02/2023