La alopecia es un trastorno muy frecuente que se presenta tanto en hombres como en mujeres. Existen diferentes tipos que afectan a distintos grupos poblacionales. Por otra parte, hay factores que, de estar presentes, incrementan la posibilidad de que suframos este padecimiento.
Existen varios grupos poblacionales que presentan rasgos comunes. Ello los hace proclives a presentar alguno de los diferentes tipos de calvicie.
En este grupo encontramos dos tipos de alopecia. Durante el embarazo, los altos niveles de hormonas generan un potente estímulo sobre el folículo piloso y el cabello se torna muy fuerte y denso. Después del parto este estímulo hormonal cesa y podemos presentar una caída del cabello importante. Este tipo de alopecia femenina es difusa y puede afectar a todo el cuero cabelludo; también puede presentarse con la edad avanzada.
El otro grupo es el de las mujeres que entran en la menopausia. La disminución de estrógenos y la relativa preponderancia de la testosterona nos puede provocar una calvicie posmenopáusica de patrón de alopecia androgénica femenina. El cabello se hace ralo en las regiones frontales y parietales de la cabeza.
Este tipo de calvicie es la que comúnmente vemos en los hombres. Está condicionada por factores hereditarios y hormonales y también está sujeta a la edad de la persona. La testosterona produce atrofia de los folículos pilosos y el crecimiento se hace más lento hasta que desaparece. Es frecuente la presencia de antecedentes familiares de calvicie de patrón masculino. Aquí puedes saber más sobre los tipos de alopecia masculina.
Como otras patologías, la caída del pelo tiene factores de riesgo asociados. Si presentamos uno o más de estos, la probabilidad de sufrirla se incrementa notablemente.
Sin los nutrientes adecuados, el cabello no tendrá fuerza para crecer y se volverá quebradizo y escaso. Las vitaminas A y C son esenciales para la formación de colágeno y la vitamina B12 es indispensable para la pigmentación del cabello. Entre los minerales, el cinc protege al cabello de los radicales libres e interviene en la formación de la queratina. El hierro y el cobre son necesarios en la síntesis de colágeno. Entre los alimentos que nos aportan estas vitaminas y minerales están las legumbres, pescado, yema de huevo, carnes rojas, frutos secos, cítricos, hígado, zanahorias y calabazas.
Una situación de ansiedad, en la que nos sentimos sobrepasados de manera prolongada, afecta al cabello de varias maneras. Existe lo que se llama efluvio telogénico, en el que una gran cantidad de folículos pasan de la fase de crecimiento a la de reposo. Un tiempo después, una gran cantidad de cabello puede caerse de forma simultánea simplemente al peinarnos.
La alopecia areata es un trastorno que tiene su base en alteraciones del sistema inmunitario, que ataca los folículos pilosos. Uno de los factores que lo alteran es el estrés. Finalmente, existe un trastorno de conducta llamado tricotilomanía, en el cuál podemos sufrir el impulso constante de arrancar el cabello, lo que puede llevarnos a tener zonas sin pelo.
La exposición excesiva al sol nos somete a una intensa radiación. El cabello se altera, se hace frágil y pierde color. En ocasiones podemos cometer excesos con los tintes, cuyos productos químicos pueden ser muy agresivos, y lesionar nuestro cuero cabelludo. También algunos acondicionadores, champús y otros productos capilares pueden causarnos alteraciones del cuero cabelludo. En cuanto a los equipos para dar forma o alisar el cabello, las tenacillas y secadores imponen tensión y altas temperaturas que nos resecan y rompen el cabello.
La nicotina afecta al funcionamiento de los folículos pilosos. Por otra parte, puede causarnos estrechamiento de las arterias con el consiguiente deterioro de la oxigenación y nutrición del cuero cabelludo. Además, los componentes del humo del tabaco pueden alterar el balance hormonal de testosterona y estrógenos, lo que ralentiza el crecimiento del cabello y aumenta el riesgo de sufrir alopecia androgénica.
Si presentamos alopecia, debemos saber que se trata de un trastorno complejo que requiere de un diagnóstico médico para precisar el tipo del que se trata. Contacta con nosotros y nos encargaremos de estudiarla en tu caso y de aplicar los tratamientos anticaída necesarios para combatirla. Recuerda que tenemos clínicas de injerto capilar en Barcelona, injerto capilar en Madrid y Sevilla.
MADRID Goya 7 - Nº Reg. Sanitario: CS15283
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Contenido revisado por el equipo médico de Corporación Capilar - Última modificación 27/12/2022
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